Opiniones personales, sólo mías

lunes, mayo 08, 2006

El camino de la vida

No hay dudas de que la metáfora más trillada sobre la vida es también la más acertada: un camino. A veces se torna sinuoso y divertido. Otras veces se pone cuesta arriba pero el desafío es interesante y se sigue luchando por subir. Los peores tramos son aquéllos en que el suelo se torna puntiagudo y cortante. Incluso a veces el cielo se pone gris, el sol no sale y nada predispone a seguir avanzando. Por algún efecto de la naturaleza, tarde o temprano la luz se ve nuevamente, el cielo se ilumina y la fuerza del avance en el camino regresa. A veces intensificada y otras veces con algunos problemitas que se agregan por los obstáculos difíciles que hubo que superar. Lo cierto es que el camino va cambiando mucho año tras año y también va cambiando la forma en que el que lo transita lo va recorriendo. Esta variedad es lo que lo hace incentivante y aunque doloroso en tramos, digno de agradecerlo.
Cada persona tiene uno de estos caminos, todos bien distintos. Pero por suerte algunos caminos se cruzan tanto que terminamos compartiendo grandes tramos unos con otros. Por ejemplo, los primeros años los caminos de papá y mamá son casi los mismos que los de sus hijos. Luego se dispersan, se vuelven a cortar en algunos lugares (momentos) específicos, para luego volverse a separar hasta que alguno se angosta hasta desaparecer.
¿Y hacia dónde conducen estos caminos? Yo prefiero pensar que cada camino individual no conduce hacia ninguna parte. Si uno lo mira solo, concluye que su principio y fin son tan difusos que parece no haber cumplido ninguna misión. Sin embargo los caminos se van enganchando, cruzando, sobrepasando, cuando uno acaba sigue otro que corría cercano y si uno va alejando el plano de observación encuentra que todas las personas describen una gran masa que apuntaba siempre en la misma dirección. Cada uno según sus creencias y experiencias dirá hacia dónde se dirigió toda esa gran masa de gente luchando por avanzar.
Algunos nacen con su camino asfaltado con el material de mejor calidad, con los bordes protegidos y con un vehiculo para transitarlo en condiciones óptimas. Me da cierta vergüenza cuando siento que gran parte de mi vida fue, y a veces sigue siendo, así. Vergüenza cuando observo que otras personas nacieron en camino de piedra, caminando descalzos, con pantanos en sus orillas y con un cielo gris. Que viven su vida observando los caminos paralelos que pasan cerca y que ellos nunca alcanzarán. Y a veces sufro y no aprovecho mi camino mirando esos otros. Pero incoherente y contradictoriamente hago poco para acercarlos, no ayudo a construir un puente que permita al menos por un rato que esas otras personas arreglen su camino. O aunque sea prestarles por un rato mi medio de transporte, tan liviano y cómodo, para alivianarles su inevitable avanzar por la vida.
Claro que otras personas ayudaron a alisar la ruta incluso antes de que uno naciera. Para eso papá y mamá dejan mucho de lo suyo para permitir que nuestro andar sea seguro y rápido. Tanto trabajan por eso a veces que ni nos damos cuenta de que vamos avanzando por la vida, nos parece que todo es perfecto y que los demás son iguales a nosotros… hasta que el sistema se distorsiona imprevistamente, y ahí es cuando todo se relativiza.
Terminemos con una contribución que misteriosamente recibí en un mail de un amigo entrañable y que compartiré en este lugar insólito: “La diferencia que hace a un amigo es que cuando uno camina por la vida también piensa si lo que estamos haciendo le gustará a él; entonces se encuentra más fácil el camino correcto.”. Creo que resume complicadamente y en pocas palabras lo mismo que quise decir en varios de los párrafos anteriores.
(Del 17/07/2005) Posted by Picasa

2 Comments:

  • Gustavo, pienso que no elegimos el camino en el cual empezamos a transitar nuestras vidas, pero sí el que seguiremos caminando después. "Caminante, no hay camino, se hace camino al andar".
    Caminaremos amuchados como en procesión de fiestas patronales, o de a pocos y confundidos como en Emaús y hasta quizás aporreados, incomprendidos y solitarios como a un Calvario.
    El camino es personal y aunque en buena parte de nuestra senda vayamos acompañados de quienes van en nuestra misma dirección, finalmente todos los caminos se separan antes de volver a reunirse. Porque en definitiva el camino recorrido es solo preparación para ese último tramo que se recorre en solitario...

    Y mientras tanto, misteriosamente (y milagrosamente) algunos caminos se entrecruzan a menudo, como ahora...

    By Blogger El Piscuis, at 9 de mayo de 2006, 1:42 a. m.  

  • ¡¡Tenés razón!! ¿Y viste que a veces los cruces son inexplicables? Y de un cruce espontáneo e inesperado se abre toda una nueva rama del camino...

    By Blogger Unknown, at 9 de mayo de 2006, 8:57 p. m.  

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