Opiniones personales, sólo mías

viernes, noviembre 27, 2009

Crónica de una operación anunciada

No, no es un nuevo vestidito, es un lindo camisón que me prestaron en la clínica. Mejor publicar acá que gastar las teclas de mi notebook repitiendo lo mismo para tanta gente. Por suerte es mucha la gente interesada, como en mi otra triste ocasión del 28 de febrero, registrada en este mismo blog.

Luego de nueve meses de espera y una semana (y más también) de nervios, llegó el día de la extracción de alambres. A modo de crónica tengo poco para contar esta vez. Siendo las 8:00 hs del jueves 26 de noviembre me senté a que hicieran mi admisión en la clínica, lo que ocurrió unas 2 horas después. Siendo entonces las 11:00 hs aproximadamente ingresé en el quirófano, experiencia ya conocida, anestesia epidural por segunda vez en mi vida, bisturí, pinza, etc... y siendo las 12:00 hs estaba de vuelta en mi habitación, si no se me confunden los horarios.

Más miedo que dolor, analgésicos mediante, pasé el día durmiendo (porque por la vía en mi vena seguramente pasaron algo más que analgésicos), dormitando y deseando que no me doliera más que lo que sentía.

Hoy ya es viernes 27 de noviembre y 24 hs después de la cirugía estoy en casa, sentadito en mi sillón y con gran ambición de Internet. Puedo caminar con la pata dura, pero al menos puedo desplazarme. Me negué a bañarme para no correr riesgos, cosa que espero tener ganas de hacer mañana, pues de lo contrario tendré otros tipos de problemas.

Gracias a todos los que me bancaron (¡¡y cómo me bancaron!!): mi pequeña familia de sangre y heredada políticamente, mis amigos de siempre, los que me acompañaron a Panamá (con los cuales mencioné algunas veces el tema de la rodisha), los que me conocieron o reencontraron en Facebook, los que leerán este minipost, mis compañeros de trabajo y hasta mis pobres alumnos que tuvieron que escuchar mis llantos eternos por los pre-nervios.

Y como siempre, gracias al Dr. Agustín y a la ciencia que permitió que todo esto pasara bastante rápidamente y con buenos resultados: los que obtuve y los que espero obtener.

¡¡Vamos que falta, ahora me tienen que escuchar protestar todo el verano "del dolor"!!

miércoles, noviembre 25, 2009

Hitos de la vida

Cuando me toca vivir cosas importantes, relevantes, demasiado tristes, fuertes, inesperadas, me suele ocurrir que me siento como que en un momento estoy solo en el mundo, siento que nada me protege, nada me cuida. Hace unos diez días me pasó eso en la Misa de la Primera Comunión de mi hijita.

Debe ser porque uno pone demasiadas cosas en balance, y demasiados recuerdos afloran todos juntos como en una película vista en 64x en un DVD (por no decir con FFWW en un VHS porque denotaría mi edad). Se viene de golpe todo lo lindo vivido compartido con tanta gente, se viene la gente que ya no está... pero con quienes a través de la fe y de la "comunión de los santos" podemos seguir compartiendo. Aparecen momentos complicados, momentos de plena felicidad, todo demasiado agobiante. Todo eso también emociona y produce ese estado de indefensión que comentaba.

Pero ese domingo a la mañana, cuando miré de reojo, encontré miradas conocidas: la gente que siempre estuvo y que a esta altura ya sé que siempre estará. Mi esposa, mi mamá, mi hermana, mi cuñada... y mis amigos. Cuántas teclas he presionado para escribir sobre los amigos. Hoy su presencia me hizo sentir protegido, fuerte, listo para enfrentar un nuevo hito más. Miré a mi derecha, vi algunos. Miré a mi izquierda, vi otros, cerquita, como para tenerme si me caía. Miré un segundo hacia atrás... más amigos y gente cercana.

Como no es sencillo atravesar estos hitos en la vida, al menos para mí, me complace y me hace inmensamente feliz tener con quién compartirlos. Y no tiene precio el tener la certeza de que me quieren tanto como yo los quiero.

Ahora se viene otro hito con desafío incluido: otra vez a la clínica y al quirófano. Menos mal que sigo todo lleno de gente que me malcría.

Gracias. Una vez más.
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