Opiniones personales, sólo mías

miércoles, marzo 18, 2009

Evolución III: adios a los puntos

Llegó el día de la visita al médico. Hoy 18 de marzo de 2009 fue clave: día de quitar los puntos de la cirugía, cosa que por un lado me daba impresión y por otro me liberaba. Va todo bien.
Comienzan en breve las sesiones de kinesiología y algunos avances con las muletas. Piso un poco más, lo que me convierte en un ser humano un poco más normal. Así que pocas novedades, todo para adelante, falta mucho pero vamos bien... y les dejo la secuencia de fotos desde el primer día hasta hoy sin los puntos.
Un agradecimiento muy especial a todos los que se ofrecen todo el tiempo para que me sienta mejor, a los que llaman, los que vienen, los que me escriben... los que me llevan y traen de la clínica y en particular a Pablo que todos los días viene a ayudarme con los ejercicios.
¿Qué más puedo pedir? Paciencia, sólo paciencia... nos encontramos en el próximo post.
 

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miércoles, marzo 11, 2009

Evolución II: sufrimiento en el consultorio

Hoy les voy a ofrecer primero dos imágenes que me hizo llegar mi amigo Gustavo del momento del accidente en el propio balneario. Si son personas impresionables no las amplíen, pues no son del todo agradables. Asegúrense de que están preparados para ver algo distinto en materia de rodilla (y no precisamente estético).


Recién vengo del médico: todo sigue evolucionando favorablemente y en breve tendrán fotos de cómo va viéndose lo que antes era mi prolija rodilla. Sigo con los dolorosos ejercicios.

El Dr. Agustín hoy tuvo dos delicadezas conmigo: UNA, mi rodilla que sólo permitía flexionarse hasta unos 80º (recordemos, medidos desde una línea horizontal) fue doblada como a 110º y recité varias poesías en voz firme como para recordarle que estaba viendo a Mahoma abrazado con Buda en una nube. DOS, le comenté un dolor que tenía en un hematoma, que casi no podía ni tocar, para que él me lo amasara y apretara y estrujara como si de un bollo de pizza se tratase, lo que provocó la segunda parte de la poesía anterior. Tuve que ir por un Eco Doppler para quedarnos convencidos de que no había una trombosis... pero afortunadamente fue descartada.

O sea, no hay mucho nuevo, sólo ejercicios con la pata estirada... y seguir evolucionando. Tengo aún mis puntos textiles color verde flúo saliendo desde mi interior, pero vamos a esperar unos días más para extraerlos.

Gracias a todos los que me apoyan, a los que se enojaron porque no quise recibir gente de visita, y a los que no se enojaron también (me tiene sin cuidado). Esta semana voy a comenzar cierta actividad laboral y social.
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viernes, marzo 06, 2009

Evolución I: las primeras impresiones

Siguiendo con mi crónica, comenzarán los posts sobre mi evolución, que esperamos sea siempre positiva.

El miércoles 4/3 fue bastante bueno. El jueves 5/3 en cambio no fue un día agradable. Me sentía afiebrado aunque no tenía fiebre, posiblemente debido a la reacción del cuerpo a tanta invasión.

Hoy viernes 6/3 fui a la primera curación. La herida, hermosa, de unos 10 cm como mínimo, estaba bien cerrada, con puntos similares al matambre que hacía mi papá. Sólo un puntito desubicado sangraba una mísera gotita. La rodilla y el muslo presentaron coloridos tonos amarillos y morados variados y presentaban un espesor de más del 50% el normal (lo peor es que aún siguen así).

Los médicos deben creer que los pacientes somos como muñecos de práctica, porque al Dr. Agustín sólo le faltó darme unas palmaditas en la herida (que no sé si no lo hizo) para demostrar su alegría.

Acto seguido me senté y... dejó caer mi pierna, que sólo podía desviarse 15º de la horizontal, hasta flexionarla... ¡¡CASI 90º!! De más está decir que vi al mismísimo Cristo montando en su burrito paseando por la luna junto a San Pedro. Y encima me pedía que levantara la pierna, lo mismo que pedirle a Rocío Marengo que nos explique la Teoría de la Relatividad. Algo logré, unos mm de movimiento y varias lágrimas aguantadas.

Finalmente, clase de uso de muletas con pierna dañada. Yo ya había estudiado por internet, como Dios manda, pero igual algo más aprendí. Al dejarme apoyar levemente la pierna dañada... todo se vuelve más fácil.

Va a ser duro pero mi tesón y mi ser tozudo pueden contra todo. La pobre esposa tiene la columna destruida debido a su colaboración en mis días previos... va a ser duro recompensarle. Claro, si fuera al revés para mí sería muy fácil, pero ella... soportar mis 93 Kg creo que es algo que no dijimos el día de nuestro matrimonio.

En breve, los dolorosos avances. Y fotos, por supuesto.
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miércoles, marzo 04, 2009

No todo es previsible


Este es un post raro, el que quiere cumplir la función de crónica y de información para todos los interesados en el sorprendente acontecimiento suscitado el sábado 28 de febrero de 2009 alrededor de las 18:00 hs. Ocurrió en el Balneario B-11 de Punta Mogotes, Ulises, del cual soy cliente junto a mi familia y gran cantidad de amigos desde hace al menos 8 veranos.

A pesar de mis cuidados para estar perfecto para la fiesta de esa noche, de fin de verano, accedí a ir a la pileta del balneario, que se ve en la foto anterior. Bajando el puentecito que puede verse en la misma, casi al final (a la derecha de la foto), yendo hacia la carpa, me resbalé y en menos de un segundo caí de cola. Acá vendrían los comentarios sobre el tamaño de quien impactó contra el suelo, pero los ignoraremos en este caso. Cuando me fui a incorporar... mi rodilla estaba desplazada al menos 20 cm de su lugar habitual. Llamé a mi cuñado Pancho a la pileta (él estaba mirando) "para que me la acomodara", pero no podía moverme. Ahí me di cuenta de que algo grave había ocurrido.

Luego de mucho reflexionar, caí en la cuenta de que el resbalón produjo una flexión violentísima de la rodilla derecha. Tan violenta que los tendones que están unidos a la rótula empujaron la misma cada uno para su lado, como si de el pobre Tupac Amaru se tratase... y lograron romperla, llevándola cada uno a su lado. La rompieron de una manera desprolija y poco agradable.

Gracias a la especial atención de mi cuñado, junto con un desconocido que me sugirió permanecer quieto y me tranquilizó, y a Sebastián, el guardavida, pude conservar la calma y esperar el servicio de emergencia Vitall. Un agradecimiento muy grande al médico y al enfermero que acomodaron prioritariamente mi pierna. La gente se acumuló en cada vez más cantidad... hasta que una camilla me trasladó al móvil de la empresa para esperar a un segundo móvil quien me llevó a la Clínica 25 de Mayo.

Pido disculpas al Dr. Agustín Arregui, a quien saqué de la siesta, llamado por mi cuñado, para que me viera. El resultado puede verse en las siguientes impresionantes imágenes (clic para verlas más grandes). Dispongo de fotos en vivo pero no las voy a publicar por una cuestión de sensibilidad de ciertas personas, alguna de las cuales tuvo que ser asistida en el momento del accidente.



El sábado fui a la fiesta de fin del verano (con permiso del Dr. Agustín, ya que mucho más no podría hacer), conducido por mi hermana Rosana y mi cuñado Luis, donde tuve el apoyo no-descriptible de todos mis amigos (o de un gran porcentaje de ellos, pues casi todos estaban en la fiesta), quienes también luego me ayudaron a llegar a mi casa nuevamente: Pichi complementó las muletas, que aún no sé manejar, y Germán condujo el auto hasta mi domicilio.

El domingo fue un día de espera y silencio, de gran nerviosismo e intriga para esperar el lunes. El lunes 2 de marzo de 2009 llegué a la Clínica nuevamente llevado por el pobre Gus que lo hice madrugar mucho e ingresé al quirófano aproximadamente a las 8:15 hs. Casi dos horas después, salía exitoso del mismo hacia mi habitación de la clínica.

El resultado es, luego de un complejo cerclaje (términos que uno aprende pero que no es mucho más que el famoso "lo atamo' con alambre"), el que se ve en las siguientes impactantes imágenes (clic para verlas más grandes):



El martes 3, Hernán me condujo, lloviendo, nuevamente hacia mi casa, donde espero pacientemente pero activamente un avance para volver a ser el que era antes del sábado (o mejor dicho, el mismo sábado hasta las 18 hs).

Conclusión: todo pasa y todo queda. El accidente pasó, la cirugía pasó... pero ahora me espera un gran período de recuperación. Quiero expresar mi agradecimiento a todos. Sé que a muchos no les contestamos ni los tratamos como hubiéramos debido, pero los llamados fueron explosivos, los celulares se sacudían sin parar y tanto Ana como yo estábamos demasiados nerviosos como para hacer frente a todo. Sepan disculpar esto, pero nos mantenemos en nuestra postura (discutible) de que la soledad es parte de la tranquilidad que se necesita en estos momentos, al menos para nuestra forma de sentir. Lo que no implica que no valoramos y agradecemos cada muestra de cariño recibida, que fueron incontables. Hubiera sido imposible atenderlos a todos, entre mensajes de texto, llamados a mi celular, al de Ana, mensajes de Mail y en el Facebook.

Nos sentimos acompañados siempre, y este momento lo reafirmó. Ya he expresado en otros posts lo que son mis amigos y mi familia, y esta vez lo pude vivir una vez más en acción. Gracias por estar, gracias por lo que hicieron y por lo que seguramente harán. Y no nombré a todos, pero no hace falta. Los que me quieren saben que yo también los quiero y con eso nos tiene que alcanzar.

Ahora estoy algo down por el futuro que me espera, por lo que tendré que dejar de hacer, por los planes que costará más concretar, pero veo unos meses de pasividad que ojalá hagan una buena producción intelectual. No me dolió el sábado ni el domingo, sí el lunes a la tarde, el martes mucho mejor y hoy miércoles estoy bien pero en calma. Al menos por este tema (el dolor) no me puedo quejar hasta el momento.

Dejo un párrafo especial para pasar por el riesgo de nombrar alguna gente y olvidarme otra. Primero gracias a mi cuñado Pancho: sin él todo hubiera sido mucho más difícil. Gracias al Dr. Agustín Arregui y su papá, ambos de la Clínica 25 de Mayo. Al camillero Matías, que con su fuerza y seguridad me hizo sentir bien sostenido. A las enfermeras María Rosa y Gladys, quienes miman más que atienden (esta última pasó por mis conocidas encuestas eternas para averiguar sobre su vida). Y a las que me cuidaron todo el tiempo: mi imparable suegra Alicia, mi querida hermana Rosana, mi santa madre Elba y mi siempre presente esposa, Ana. Infinitas gracias.

Nos vemos en el próximo artículo, que quizá complemente esta información o los sucesivos avances.
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